Como decía Lina Morgan... así me siento yo; Agradecida, emocionada, abrumada y con la autoestima por las nubes. Ha sido un final de curso demasiado emotivo. Hacía mucho que no publicaba, pero entre el ritmo frenético de fin de curso, y que quería hacer una entrada digna que dejara ver todo lo que he sentido, pues se ha demorado más de lo esperado.
Lo de este curso ha sido muy especial, el hilo conductor del curso ha sido las emociones, y nuestro plan de formación del profesorado era "Cultivando emociones"; en mi caso, las he cultivado, las he sembrado e incluso las he cosechado con creces. Y lo mejor de todo es que no era uno de mis objetivos de curso, de hecho, me consideraba una persona poco emotiva, poco dada a los abrazos, a demostrar emociones,... haciendo un feedback, de hecho, he obtenido mucho más de lo que realmente he dado.
Os pongo en antecedentes. 21 de junio, fiesta fin de curso, ya por la mañana era un día agridulce; sabían que tenían que disfrutar porque era el último día de curso y había actividades muy chulas preparadas para tal fin, pero sabían y yo también sabía, que ese día acababa todo...TODO... por ello ya entraban a las 9 con una tímida sonrisa...
A primera hora ya empezaron a darme obsequios, algunos materiales y otros no...cartas escritas por ellos, pergaminos, diplomas... un sin fin de regalos y...¡abrazos! Os prometo que este curso he dado más abrazos que en toda mi vida.
Después discurrieron las actividades con normalidad, y yo disfruté como una enana, porque esa era la imagen que quería que tuvieran mía. En uno de los talleres, los bailes, Andrea, Beatriz, María y Salima, ¡¡¡me hicieron un rap!!! Se inventaron un rap molón para mí y me lo cantaron en directo delante de todos...
Y al final de la mañana, se mascaba la tragedia, sonó el timbre y con una fusión en un mega abrazo, llegó el momento de decir adiós, o hasta luego o hasta siempre, pero todos éramos conscientes que ese año tan genial había terminado.
Conforme salían de clase, la gran mayoría lo hacía con un disgusto increíble y llorando como magdalenas... podéis imaginar que yo fui detrás.
Ha sido un año demasiado emotivo, porque como me dijo una sabia madre, la clase y yo habíamos conectado de una forma increíble.
Pensé que ahí quedaría todo... pero ¡NO! si los últimos días de clase había flipado con la cantidad de notas, diplomas, obsequios,... lo de las tutorías para la entrega de notas fue ALUCINANTE. Casi todas las familias tuvieron un detalle conmigo, que esta muy bien, y a todo el mundo le encanta recibir algo (y no soy materialista, palabrita); pero lo que más me llegó fue que el 99,9% de las familias dijera que habían estado muy bien conmigo y que era una lástima que al año que viene no continuara. El hecho de que incluso una madre se emocionara al decirme esas palabras...buff... se me pone la piel de gallina.
Que las familias te den un refuerzo positivo, es de agradecer, ya que en la sociedad en la que vivimos, por desgracia, se fija más en lo negativo, y pocas veces saca el lado positivo de las cosas, y mucho menos lo comparte.
Pero si pensé que ya no podía mejorar la cosa... ¡me equivoqué! El último día, el último claustro, salí de ahí volando, (y un poco en shock) ya que la autoestima me había hecho volar. Me sentí súper querida y valorada. ¡Nunca habían aplaudido y coreado mi nombre! 😁
Claro que no soy perfecta, claro que no soy la mejor docente, claro que no soy imprescindible; pero este año aún no sé cómo, habíamos hecho una conexión muy buena donde tanto yo como ellos nos retroalimentábamos dando y recibiendo lo mejor.
Por todo ello, solo puedo das las gracias; gracias por un curso que para mí será inolvidable, he sentido emociones que no había sentido; lo mejor, me he sentido muy querida y valorada. Sabía que había elegido bien mi profesión, pero tras años como este, me siento orgullosa y satisfecha.
Habré estado a 150 km de mi casa, pero fue la mejor decisión que pude tomar.
Os muestro fotografías de una parte de lo recibido, ya que otras, ¡¡ya me las he comido!!😍
Pero lo que realmente me llevo, no se puede mostrar, lo llevaré guardado en mi corazón.
¡¡GRACIAS!!
